Nunca olvidare el dia cuando mama 'me obligo' a asistir a una fiesta de cumpleaños. Yo estaba en la clase de tercer grado
de la señora Black, en Wichita Falls, Texas, y lleve a casa una insignificante invitacion.
No ire-dije. ella es una niña nueva llamada Ruth.Mis amigas Berenice y Pat no iran.Ella invito a todo el salon, a los 36 alumnos.
Mientras mama estudio la invitacion hecha a mano, parecia extrañamente triste.
Bueno,tu iras!-anuncio-mañana comprare un regalo.
No podia creerlo, ¡mama nunca me habia obligado a asistir a una fiesta! Estaba segura de que morira si tenia que ir.
Sin embargo, mi histeria no pudo convencer a mama.
Cuando llego el sabado, mama me levanto de la cama y me obligo a envolver un bonito juego de color rosa perlado, que consistia en un espejo, un cepillo y un peine, que habia comprado por $2.98.
Me llevo en su auto a la fiesta.Ruth abrio la puerta y me invito a que la siguiera por las escaleras mas inclinadas y pavorosas que habia visto.
El hecho de cruzar la puerta me produjo un gran alivio.
Los pisos de madera brillaban en la soleada sala.Unas carpetas blancas como la nieve cubrian los respaldos y los brazos de los muebles bastante usados y demasiado rellenos.
El pastel mas grande que habia visto se encontraba sobre la mesa. Estaba decorado con nueve velitas de color rosa y un letrero mal hecho que decia ''Feliz cumpleaños Ruthey'' y lo que supongo, eran botones rosas.
Treinta y seis vasos desechables llenos con dulce de chocolate hecho en casa se encontraban cerca del pastel, ada uno con un nombre.
Decidi que eso no seria tan terrible, una vez que llegaran todos.
-Donde esta tu mama?-pregunte a Ruth.
Bueno, ella esta algo enferma-respondio con la mirada fija en el piso.
-Oh, y tu papa?
-Se fue.
Hubo un silencio, excepto por unas cuantas tosidas que se escucharon detras de una puerta cerrada.Transcurrieron 15 minutos...y 10 mas. De pronto, comprendi la terrible idea.Nadie iria. ¿Como podria salir de alli? Mientras experimentaba piedad por mi misma , escuche unos sollozos ahogados...
Levante los ojos y vi el rostro de Ruth lleno de lagrimas.De pronto, mi corazon de ocho años sintio una gran compasion por Ruth e ira hacia mis 35 compañeros de clase, egoistas.
Me puse de pie y proclame lo mas fuerte que pude:
¿Quien los necesita?
La mirada sorprendida de Ruth cambio a una aceptacion entusiasta.
Alli estabamos , dos niñas pequeñas, un pastel de tres pisos, 36 vasos desechables llenos de dulce, helado , litros de kool-aid rojo, tres docenas de regalitos, juegos y premios que ganar.
Empezamos con el pastel, y Ruthey ( ya no era simple Ruth) no quiso molestar a su mama, por lo que solo fingimos
encender las velas. Cante ''feliz cumpleaños'', mientras Ruthey pedia un deseo y soplaba las imaginarias llamas.
Muy pronto llego el mediodia y mama toco la bocina frente a la casa.Recogi todas mis golosinas y le di las gracias a Ruthey repetidas veces y corri hacia el coche.Estaba rebosante.
-Gane todos los juegos. En realidad Ruthey gano el juego de ponle la cola al burro, pero dijo que no era justo que la niña del cumpleaños ganara un premio, por lo tanto me lo dio. Nos repartimos los regalitos, mitad y mitad.Mama, a ella le encanto el juego con espejo!. Fui la unica que asistio de toda la clase. No puedo esperar a informar a todos sobre la gran fiesta que se perdieron!!
Estoy muy orgullosa de ti- me dijo mi madre.
ESE DIA APRENDI QUE UNA PERSONA PUEDE EN VERDAD HACER QUE UNA SITUACION SEA DIFERENTE. yo influi en el resultado del noveno cumpleaños de Ruthey,y mama influyo mucho en mi vida.
Veanlo asi: Este mundo es una gran fiesta de cumpleaños, una fiesta la cual esta triste, solitaria y de nosotros depende hacerla alegre!
Empecemos con cosas pequeñas... y asi cada vez se haran mas grandes!!!!
jueves, 30 de diciembre de 2010
martes, 28 de diciembre de 2010
Clandestinos!
Ellos estan contentos y vivos
tan dispuestos a enamorarse
sin que nadie lo impida, es su vida..
pero sera complicado quedarse a su lado
su religion es distinta y es pecado renegar del clan
sangre gitana y mexicana a veces mezclan mal
y no aceptaran su enlace , ellos no entienden
de disfrazes ni de mascaras de acero..
LA REVOLUCION DEL AMOR ES LA QUE MUEVE AL MUNDO ENTERO!
Y mientras pasa la noche pequeño y lucido
universo de viva atraccion y magia
en una ciudad sin limites y sin distancias...
Pero las circunstancias no acompañan
y eso daña la ilusion, 2 almas que son libres,
presas de la sin razon, de una tradicion insana
y el mañana se ensombrece al mirar por la ventana
y ver que no cambia nada.
Se conocieron y no se daran por vencidos
aunque dejen cicatrices las piedras en el camino
Cuando el amor esta prohibido el dolor se siente
el sufrimiento es añadido porque no comprenden
QUE EL AMOR NO ENTIENDE DE EDADES,DE REGLAS
DE RAZAS,DE SEXOS...
Los horizontes del amor son tan inmensos
que a veces no hay remedio que aprender a perder
y aceptar sin mas lo que el corazon decide hacer
Y mañana sera igual que ayer... mañana ellos
volveran a acariciar su piel ...
Sufriran porque la incomprencion es la soledad
mas cruel...
Se aman mas alla del drama, y oir todo aquello
que proclaman voces ignorantes...
CLANDESTINOS, cuando el amor esta oculto
es injusto resistir la represalia y el insulto y cuando grito
el silencio y en el silencio para hacer camino hay que pagar
un precio...
Si el CORAZON late y ES INDOMABLE, la verdad SIEMPRE buscara un culpable!
Este es un fragmento de una cancion que me gusta mucho
se llama ''Clandestinos'' de Nach...
aqui el video :
tan dispuestos a enamorarse
sin que nadie lo impida, es su vida..
pero sera complicado quedarse a su lado
su religion es distinta y es pecado renegar del clan
sangre gitana y mexicana a veces mezclan mal
y no aceptaran su enlace , ellos no entienden
de disfrazes ni de mascaras de acero..
LA REVOLUCION DEL AMOR ES LA QUE MUEVE AL MUNDO ENTERO!
Y mientras pasa la noche pequeño y lucido
universo de viva atraccion y magia
en una ciudad sin limites y sin distancias...
Pero las circunstancias no acompañan
y eso daña la ilusion, 2 almas que son libres,
presas de la sin razon, de una tradicion insana
y el mañana se ensombrece al mirar por la ventana
y ver que no cambia nada.
Se conocieron y no se daran por vencidos
aunque dejen cicatrices las piedras en el camino
Cuando el amor esta prohibido el dolor se siente
el sufrimiento es añadido porque no comprenden
QUE EL AMOR NO ENTIENDE DE EDADES,DE REGLAS
DE RAZAS,DE SEXOS...
Los horizontes del amor son tan inmensos
que a veces no hay remedio que aprender a perder
y aceptar sin mas lo que el corazon decide hacer
Y mañana sera igual que ayer... mañana ellos
volveran a acariciar su piel ...
Sufriran porque la incomprencion es la soledad
mas cruel...
Se aman mas alla del drama, y oir todo aquello
que proclaman voces ignorantes...
CLANDESTINOS, cuando el amor esta oculto
es injusto resistir la represalia y el insulto y cuando grito
el silencio y en el silencio para hacer camino hay que pagar
un precio...
Si el CORAZON late y ES INDOMABLE, la verdad SIEMPRE buscara un culpable!
Este es un fragmento de una cancion que me gusta mucho
se llama ''Clandestinos'' de Nach...
aqui el video :
domingo, 26 de diciembre de 2010
al fin...
Mi pluma tiembla mientras intento describir esos inolvidables amaneceres, crepúsculos, veladas… junto a ese ser misterioso al que había deseado conocer desde siempre y que reconocí al instante, aunque no le había visto nunca.
En sus brazos, reinaba una atmósfera exquisita que hacía olvidar todos los fastidiosos horrores de la vida.
El verse reflejado en su mirada te hacía sentir invencible y pequeño a la vez, capaz con solo una palabra, de elevarte hacia indescriptibles cielos, o ahogarte en espesos ríos de el más amargo dolor.
A su lado, absolutamente nada más tenía importancia…
Es una belleza fatal, solo contemplada anteriormente en sueños perfumados por el deseo y la ansiedad.
Los poderes de las más profundas tinieblas y la divinidad de la infinita luz, se han conjuntado en un hombre, y todo aquello que anteriormente eran meras palabras, ahora tienen nombre, rostro, significado, vida.
Fuego, voluptuosidad, intriga, misterio, sangre…
Debe el saber ahora, que todo esto, este maelstrom de sentimientos y emociones, resulta tan excitante como atemorizante, pues es esto en su totalidad, nuevo para mi.
El es Bellisimo, más que bello, sorprendente… inspira.
Irresistible, sus ojos, son dos astros donde relampaguea el misterio y la seducción;
Su mirada, un resplandor, que iluminó mi miseria.
Hay hombres que inspiran el deseo de vivir y gozar de ellos, pero el proporciona el deseo de morir lentamente bajo su mirada. Esos ojos, cuya llama atraviesa el crepúsculo, esas sutiles y terribles pupilas en su seductora malicia… las he estudiado profundamente, estrellas que exigen curiosidad y admiración. Encantan, seducen, embrujan…
¿A qué bienhechor demonio debo el estar así? Rodeado de misterio, belleza, perfumes….
Lo que llamamos normalmente vida, incluso en su más dichosa expansión, no tiene nada que ver con esta vida suprema que me dio a conocer, y que anhelo segundo a segundo.
Me espera una eternidad… una eternidad de delicias, dicha, paz, vida, El.
¡Si pudiese El saber todo lo que yo veo! ¡Todo lo que yo siento! Un deseo infinito, inconmensurable de embriagarse en su ser, en su cuerpo y de su cuerpo, de todo lo que representa, embriagarse, de El. Descubrirlo poco a poco y devorarlo a la vez, envolverse en su gracia y abandonarse…
Porque si existe algún lugar en el que se deseé estar, es en sus brazos, admirando a ese ser culpable de los latidos de este mortal corazón.
Me encontré frente a el, sobre heladas nubes, pero al decir adiós, sentí de pronto mi garganta aprisionada por la terrible mano de la histeria. Despojado de ese ser tan monstruosamente seductor, al decir adiós a tan incomparable belleza, me sentí abatida hasta la muerte. Inconcebiblemente triste permanecí. Y me pareció que mi mirada se ahogaba en esas agrias lagrimas que no acaban nunca de derramarse.
El demonio asechante frecuenta esta habitación, ofreciéndome dulcemente su mano, para ayudarme a descender hacia maravillosas soledades, pero, ya no se atreve a entrar, pues se encuentra aquí, brillante, una luz, inmortal, una llama, la cual inflama mi corazón minuto a minuto, manteniéndome alejado del lúgubre pozo.
El tiempo ha reaparecido, reina ahora como único dictador, y con el demoníaco viejo ha vuelto todo su hediondo cortejo de recuerdos, penas, miedos, angustias, pesadillas, cóleras, y neurosis.
Les aseguro que los segundos se encuentran ahora fuertemente acentuados, y que murmuran mientras surgen del péndulo… “Yo soy la vida, la insoportable, la implacable vida”…
La razón se hunde aquí en una embriaguez de amargura, cuatro paredes aromatizadas por la espera, el deseo y la melancolía. Las formas de los muebles se alargan, se postran, languidecen.
Cada poro de mi piel murmura su nombre, en vano, pues no puede escucharme.
La habitación, húmeda, sin vida, deforme, gris; Inmenso tedio.
Horror… tristes ventanas donde el tiempo ha marcado surcos de polvo.
Se respira ahora aquí, el rancio de la desolación.
En este vacío tan repugnante, un único objeto me sonríe, la botella, ajenjo.
Una vieja amiga, fecunda en caricias y traiciones… fotografías, las fotografías han comenzado a respirar.
La soledad copula con el silencio mientras el tiempo les observa…
“Sufrirás eternamente la influencia de mi beso…”
La soledad copula con el silencio mientras el tiempo les observa.
He perdido mi alma, se la he entregado sin dudar.
Me haces creer en la inmortalidad!
Existen solo momentos en la vida humana, donde se puede verdaderamente afirmar que se está vivo, que se está completo y en paz, y son esos momentos los que causan un inexplicable miedo.
No deseo una “vida de momentos”, te he encontrado, AL FIN.
En sus brazos, reinaba una atmósfera exquisita que hacía olvidar todos los fastidiosos horrores de la vida.
El verse reflejado en su mirada te hacía sentir invencible y pequeño a la vez, capaz con solo una palabra, de elevarte hacia indescriptibles cielos, o ahogarte en espesos ríos de el más amargo dolor.
A su lado, absolutamente nada más tenía importancia…
Es una belleza fatal, solo contemplada anteriormente en sueños perfumados por el deseo y la ansiedad.
Los poderes de las más profundas tinieblas y la divinidad de la infinita luz, se han conjuntado en un hombre, y todo aquello que anteriormente eran meras palabras, ahora tienen nombre, rostro, significado, vida.
Fuego, voluptuosidad, intriga, misterio, sangre…
Debe el saber ahora, que todo esto, este maelstrom de sentimientos y emociones, resulta tan excitante como atemorizante, pues es esto en su totalidad, nuevo para mi.
El es Bellisimo, más que bello, sorprendente… inspira.
Irresistible, sus ojos, son dos astros donde relampaguea el misterio y la seducción;
Su mirada, un resplandor, que iluminó mi miseria.
Hay hombres que inspiran el deseo de vivir y gozar de ellos, pero el proporciona el deseo de morir lentamente bajo su mirada. Esos ojos, cuya llama atraviesa el crepúsculo, esas sutiles y terribles pupilas en su seductora malicia… las he estudiado profundamente, estrellas que exigen curiosidad y admiración. Encantan, seducen, embrujan…
¿A qué bienhechor demonio debo el estar así? Rodeado de misterio, belleza, perfumes….
Lo que llamamos normalmente vida, incluso en su más dichosa expansión, no tiene nada que ver con esta vida suprema que me dio a conocer, y que anhelo segundo a segundo.
Me espera una eternidad… una eternidad de delicias, dicha, paz, vida, El.
¡Si pudiese El saber todo lo que yo veo! ¡Todo lo que yo siento! Un deseo infinito, inconmensurable de embriagarse en su ser, en su cuerpo y de su cuerpo, de todo lo que representa, embriagarse, de El. Descubrirlo poco a poco y devorarlo a la vez, envolverse en su gracia y abandonarse…
Porque si existe algún lugar en el que se deseé estar, es en sus brazos, admirando a ese ser culpable de los latidos de este mortal corazón.
Me encontré frente a el, sobre heladas nubes, pero al decir adiós, sentí de pronto mi garganta aprisionada por la terrible mano de la histeria. Despojado de ese ser tan monstruosamente seductor, al decir adiós a tan incomparable belleza, me sentí abatida hasta la muerte. Inconcebiblemente triste permanecí. Y me pareció que mi mirada se ahogaba en esas agrias lagrimas que no acaban nunca de derramarse.
El demonio asechante frecuenta esta habitación, ofreciéndome dulcemente su mano, para ayudarme a descender hacia maravillosas soledades, pero, ya no se atreve a entrar, pues se encuentra aquí, brillante, una luz, inmortal, una llama, la cual inflama mi corazón minuto a minuto, manteniéndome alejado del lúgubre pozo.
El tiempo ha reaparecido, reina ahora como único dictador, y con el demoníaco viejo ha vuelto todo su hediondo cortejo de recuerdos, penas, miedos, angustias, pesadillas, cóleras, y neurosis.
Les aseguro que los segundos se encuentran ahora fuertemente acentuados, y que murmuran mientras surgen del péndulo… “Yo soy la vida, la insoportable, la implacable vida”…
La razón se hunde aquí en una embriaguez de amargura, cuatro paredes aromatizadas por la espera, el deseo y la melancolía. Las formas de los muebles se alargan, se postran, languidecen.
Cada poro de mi piel murmura su nombre, en vano, pues no puede escucharme.
La habitación, húmeda, sin vida, deforme, gris; Inmenso tedio.
Horror… tristes ventanas donde el tiempo ha marcado surcos de polvo.
Se respira ahora aquí, el rancio de la desolación.
En este vacío tan repugnante, un único objeto me sonríe, la botella, ajenjo.
Una vieja amiga, fecunda en caricias y traiciones… fotografías, las fotografías han comenzado a respirar.
La soledad copula con el silencio mientras el tiempo les observa…
“Sufrirás eternamente la influencia de mi beso…”
La soledad copula con el silencio mientras el tiempo les observa.
He perdido mi alma, se la he entregado sin dudar.
Me haces creer en la inmortalidad!
Existen solo momentos en la vida humana, donde se puede verdaderamente afirmar que se está vivo, que se está completo y en paz, y son esos momentos los que causan un inexplicable miedo.
No deseo una “vida de momentos”, te he encontrado, AL FIN.
domingo, 19 de diciembre de 2010
Corazon perdido
Yendo una tardecita de paseo por las calles de la ciudad, vi en el suelo un objeto rojo; me bajé: era un sangriento y vivo corazón que recogí cuidadosamente. «Debe de habérsele perdido a alguna mujer», pensé al observar la blancura y delicadeza de la tierna víscera, que, al contacto de mis dedos, palpitaba como si estuviese dentro del pecho de su dueño.
Lo envolví con esmero dentro de un blanco paño, lo abrigué, lo escondí bajo mi ropa, y me dediqué a averiguar quién era la mujer que había perdido el corazón en la calle. Para indagar mejor, adquirí unos maravillosos anteojos que permitían ver, al través del corpiño, de la ropa interior, de la carne y de las costillas -como por esos relicarios que son el busto de una santa y tienen en el pecho una ventanita de cristal-, el lugar que ocupa el corazón.
Apenas me hube calado mis anteojos mágicos, miré ansiosamente a la primera mujer que pasaba, y ¡oh asombro!, la mujer no tenía corazón. Ella debía de ser, sin duda, la propietaria de mi hallazgo. Lo raro fue que, al decirle yo cómo había encontrado su corazón y lo conservaba a sus órdenes de si gustaba recogerlo, la mujer, indignada, juró y perjuró que no había perdido cosa alguna; que su corazón estaba donde solía y que lo sentía perfectamente pulsar, recibir y expeler la sangre. En vista de la terquedad de la mujer, la dejé y me volví hacia otra, joven, linda, seductora, alegre. ¡Dios santo! En su blanco pecho vi la misma oquedad, el mismo agujero rosado, sin nada allá dentro, nada, nada.
¡Tampoco ésta tenía corazón! Y cuando le ofrecí respetuosamente el que yo llevaba guardadito, menos aún lo quiso admitir, alegando que era ofenderla de un modo grave suponer que, o le faltaba el corazón, o era tan descuidada que había podido perderlo así en la vía pública sin que lo advirtiese.
Y pasaron centenares de mujeres, viejas y mozas, lindas y feas, morenas y pelirrubias, melancólicas y vivarachas; y a todas les eché los anteojos, y en todas noté que del corazón sólo tenían el sitio, pero que el órgano, o no había existido nunca, o se había perdido tiempo atrás. Y todas, todas sin excepción alguna, al querer yo devolverles el corazón de que carecían, negábanse a aceptarlo, ya porque creían tenerlo, ya porque sin él se encontraban divinamente, ya porque se juzgaban injuriadas por la oferta, ya porque no se atrevían a arrostrar el peligro de poseer un corazón.
Iba desesperando de restituir a un pecho de mujer el pobre corazón abandonado, cuando, por casualidad, con ayuda de mis prodigiosos lentes, acerté a ver que pasaba por la calle una niña pálida, y en su pecho, ¡por fin!, distinguí un corazón, un verdadero corazón de carne, que saltaba, latía y sentía. No sé por qué -pues reconozco que era un absurdo brindar corazón a quien lo tenía tan vivo y tan despierto- se me ocurrió hacer la prueba de presentarle el que habían desechado todas, y he aquí que la niña, en vez de rechazarme como las demás, abrió el seno y recibió el corazón que yo, en mi fatiga, iba a dejar otra vez caído sobre los guijarros.
Enriquecida con dos corazones, la niña pálida se puso mucho más pálida aún: las emociones, por insignificantes que fuesen, la estremecían hasta la médula; los afectos vibraban en ella con cruel intensidad; la amistad, la compasión, la tristeza, la alegría, el amor, los celos, todo era en ella profundo y terrible; y la muy necia, en vez de resolverse a suprimir uno de sus dos corazones, o los dos a un tiempo, diríase que se complacía en vivir doble vida espiritual, queriendo, gozando y sufriendo por duplicado, sumando impresiones de esas que bastan para extinguir la vida.
La criatura era como vela encendida por los dos cabos, que se consume en breves instantes. Y, en efecto, se consumió. Tendida en su lecho de muerte, lívida y tan demacrada y delgada que parecía un pajarillo, vinieron los médicos y aseguraron que lo que la arrebataba de este mundo era la rotura de un aneurisma. Ninguno (¡son tan torpes!) supo adivinar la verdad: ninguno comprendió que la niña se había muerto por cometer la imprudencia de dar asilo en su pecho a un corazón perdido en la calle.
Lo envolví con esmero dentro de un blanco paño, lo abrigué, lo escondí bajo mi ropa, y me dediqué a averiguar quién era la mujer que había perdido el corazón en la calle. Para indagar mejor, adquirí unos maravillosos anteojos que permitían ver, al través del corpiño, de la ropa interior, de la carne y de las costillas -como por esos relicarios que son el busto de una santa y tienen en el pecho una ventanita de cristal-, el lugar que ocupa el corazón.
Apenas me hube calado mis anteojos mágicos, miré ansiosamente a la primera mujer que pasaba, y ¡oh asombro!, la mujer no tenía corazón. Ella debía de ser, sin duda, la propietaria de mi hallazgo. Lo raro fue que, al decirle yo cómo había encontrado su corazón y lo conservaba a sus órdenes de si gustaba recogerlo, la mujer, indignada, juró y perjuró que no había perdido cosa alguna; que su corazón estaba donde solía y que lo sentía perfectamente pulsar, recibir y expeler la sangre. En vista de la terquedad de la mujer, la dejé y me volví hacia otra, joven, linda, seductora, alegre. ¡Dios santo! En su blanco pecho vi la misma oquedad, el mismo agujero rosado, sin nada allá dentro, nada, nada.
¡Tampoco ésta tenía corazón! Y cuando le ofrecí respetuosamente el que yo llevaba guardadito, menos aún lo quiso admitir, alegando que era ofenderla de un modo grave suponer que, o le faltaba el corazón, o era tan descuidada que había podido perderlo así en la vía pública sin que lo advirtiese.
Y pasaron centenares de mujeres, viejas y mozas, lindas y feas, morenas y pelirrubias, melancólicas y vivarachas; y a todas les eché los anteojos, y en todas noté que del corazón sólo tenían el sitio, pero que el órgano, o no había existido nunca, o se había perdido tiempo atrás. Y todas, todas sin excepción alguna, al querer yo devolverles el corazón de que carecían, negábanse a aceptarlo, ya porque creían tenerlo, ya porque sin él se encontraban divinamente, ya porque se juzgaban injuriadas por la oferta, ya porque no se atrevían a arrostrar el peligro de poseer un corazón.
Iba desesperando de restituir a un pecho de mujer el pobre corazón abandonado, cuando, por casualidad, con ayuda de mis prodigiosos lentes, acerté a ver que pasaba por la calle una niña pálida, y en su pecho, ¡por fin!, distinguí un corazón, un verdadero corazón de carne, que saltaba, latía y sentía. No sé por qué -pues reconozco que era un absurdo brindar corazón a quien lo tenía tan vivo y tan despierto- se me ocurrió hacer la prueba de presentarle el que habían desechado todas, y he aquí que la niña, en vez de rechazarme como las demás, abrió el seno y recibió el corazón que yo, en mi fatiga, iba a dejar otra vez caído sobre los guijarros.
Enriquecida con dos corazones, la niña pálida se puso mucho más pálida aún: las emociones, por insignificantes que fuesen, la estremecían hasta la médula; los afectos vibraban en ella con cruel intensidad; la amistad, la compasión, la tristeza, la alegría, el amor, los celos, todo era en ella profundo y terrible; y la muy necia, en vez de resolverse a suprimir uno de sus dos corazones, o los dos a un tiempo, diríase que se complacía en vivir doble vida espiritual, queriendo, gozando y sufriendo por duplicado, sumando impresiones de esas que bastan para extinguir la vida.
La criatura era como vela encendida por los dos cabos, que se consume en breves instantes. Y, en efecto, se consumió. Tendida en su lecho de muerte, lívida y tan demacrada y delgada que parecía un pajarillo, vinieron los médicos y aseguraron que lo que la arrebataba de este mundo era la rotura de un aneurisma. Ninguno (¡son tan torpes!) supo adivinar la verdad: ninguno comprendió que la niña se había muerto por cometer la imprudencia de dar asilo en su pecho a un corazón perdido en la calle.
viernes, 17 de diciembre de 2010
El amor y el tiempo
Érase una vez una pequeña isla, donde vivían todos los sentimientos: La Alegría, la Tristeza, la Vanidad. la Sabiduría, el Amor y otros.
Un día avisaron a los moradores de esta isla, que ésta iba a ser inundada. Muy asustado el Amor, se preocupó para que todos los sentimientos se salvasen. El avisaba a todos: "Huyan...la isla va a
ser inundada...huyan".
Todos corrieron y se embarcaron en lanchas para ir, hasta una montaña muy alta. Sólo el Amor no lo hizo, él quería estar un poco más en la isla.
Cuando el agua se acercaba cada vez más, él corrió a pedir ayuda.
Vio pasar a la Riqueza y le dijo: "Riqueza me llevas contigo?: y la riqueza le dijo: "No puedo, mi lancha esta llena de oro y plata y tú no vas a caber".
Pasó entonces la Vanidad y el Amor le pidió:
"Vanidad me llevas contigo?" ; y la vanidad le dijo. "No puedo, porque vas a ensuciar mi lancha nueva".
Pasó entonces la Tristeza, y le dijo: "Tristeza puedo ir contigo?"; y la tristeza le dijo:"Oh amor, estoy tan triste que prefiero ir solita".
Luego pasó la Alegría, mas la alegría estaba tan alegre que no vio al Amor.
Ya desesperado al saber que moriría ahogado; el Amor comenzó a llorar. Pasó entonces un barquito y le dijeron: "!Sube Amor, yo te llevo!". Y el Amor subió.
Estando ya en la parte alta de la montaña, el Amor le preguntó a la Sabiduría: "Sabiduría, ¡Quién era el del barquito que me trajo hasta aquí?
Y la Sabiduría le dijo: El Tiempo.
El Amor le replicó: ¡El tiempo?; pero ¡por qué sólo el Tiempo me quiso traer?.
Y la Sabiduría le contestó: "Porque sólo EL TIEMPO es capaz de ayudar a entender a un GRAN AMOR".
Este escrito es uno de mis favoritos.. no se el autor,pero vaya que es lindo.
Un día avisaron a los moradores de esta isla, que ésta iba a ser inundada. Muy asustado el Amor, se preocupó para que todos los sentimientos se salvasen. El avisaba a todos: "Huyan...la isla va a
ser inundada...huyan".
Todos corrieron y se embarcaron en lanchas para ir, hasta una montaña muy alta. Sólo el Amor no lo hizo, él quería estar un poco más en la isla.
Cuando el agua se acercaba cada vez más, él corrió a pedir ayuda.
Vio pasar a la Riqueza y le dijo: "Riqueza me llevas contigo?: y la riqueza le dijo: "No puedo, mi lancha esta llena de oro y plata y tú no vas a caber".
Pasó entonces la Vanidad y el Amor le pidió:
"Vanidad me llevas contigo?" ; y la vanidad le dijo. "No puedo, porque vas a ensuciar mi lancha nueva".
Pasó entonces la Tristeza, y le dijo: "Tristeza puedo ir contigo?"; y la tristeza le dijo:"Oh amor, estoy tan triste que prefiero ir solita".
Luego pasó la Alegría, mas la alegría estaba tan alegre que no vio al Amor.
Ya desesperado al saber que moriría ahogado; el Amor comenzó a llorar. Pasó entonces un barquito y le dijeron: "!Sube Amor, yo te llevo!". Y el Amor subió.
Estando ya en la parte alta de la montaña, el Amor le preguntó a la Sabiduría: "Sabiduría, ¡Quién era el del barquito que me trajo hasta aquí?
Y la Sabiduría le dijo: El Tiempo.
El Amor le replicó: ¡El tiempo?; pero ¡por qué sólo el Tiempo me quiso traer?.
Y la Sabiduría le contestó: "Porque sólo EL TIEMPO es capaz de ayudar a entender a un GRAN AMOR".
Este escrito es uno de mis favoritos.. no se el autor,pero vaya que es lindo.
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